Como pa la malandreada como para la puteria no hay edad, un méndigo guerquito de 19 años andaba de pronto secuestrando raza en el centro de Monterrey.
Nembe May resulta que una parejita quiso echar patrulla, pachonear, despeinar la cotorra, bautizar el chiquito, tocarle la cucaracha, coger ya pa que me entiendan y se fueron al Hotel Encanto, en Villagrán y Reforma. Pidieron un cuarto y todo el pedo y ya andaba el vato sacandose el rifle cuando tocan la puerta. El machín en vez de sordearse y hacer su gracia preguntó que querían y un morrillo le dijo que era personal del hotel y que si se le ofrecía algo. Sí pulseras que te largues, bueno eso hubiera dicho yo.
Total que el cachondo vato todavia tuvo la decencia de decirle que no gracias pero abrió la puerta y ahí la cajeteo, porque un morro de 19 años llamado Armando se metió de pedo y los amenazó. En corto sacó su teléfono celular y que hace una videollamada, y en el video salieron dos vatos encapuchados que le pedían a la parejita que obedecieran al Armando o sino iban ir al hotel a darles tronco.
Neeembe May la pareja andaba bien culei y como no, aunque el Armando no sacó ni fusca ni filero, nada de armas llevaba, nomas pinches brazillos todos ñangos de morrillo. El vatito empezó a romper la funda de la almohada, asi mero sin cuchillo, asi que ya te imaginaras no neja y chafa de la tela, a mi se me hace que era “tela toro”.
Ya con las garras quiso amarrar las manos de la morra y en eso bofos cabrón, que el vato cachondo aprovechó pa escaparse, nembe se fue tan rapido como si se hubiera venido. Dejó a su peor es nada con el malandro del Armando y salió en busca de ayuda.
Por suerte pasaron los siempre vigilantes y chingones policías de Monterrey, que en corto dieron el apoyo a la vistima. Cuando llegaron al cuarto méndigo Armando ya andaba escapandose pero nel, polis más chingones jamás se habían visto y de pedo lo agarraron y lo detuvieron.